El mensaje que tengo para ti  (un desafío, en realidad), que espero que lo recibas en tu corazón con una mente abierta. No hay nada nuevo en mi mensaje. Es tan atemporal como las estrellas, por lo que debes saber que en realidad este no es realmente mi mensaje. Este es el mensaje de Dios: ¡Sigue tus sueños con todo tu corazón!

Sé que has escuchado esto un millón de veces desde que eras un niñ@. Desafortunadamente, a medida que envejecemos, nos ocupamos más, nos volvemos más prácticos, cautelosos y temerosos. Poco a poco, dejamos de creer en lo que es posible y abandonamos nuestros sueños. Y al hacerlo, perdemos nuestra conexión con nuestra voz interna.

Espero que estés de acuerdo en que es hora de recuperar a ese niñ@ que cree en sus sueños. Es hora de ser quién has venido a ser y a creer en ti mismo, a encontrar ese gran poder que tienes en tu interior y que te guía hacia la consecución de tus objetivos o metas. 

Ahora, cuando hablamos de sueños, no estamos hablando de las metas (acciones) cotidianas que hacen que nuestros sueños se hagan realidad. Estamos hablando de ese empujón en nuestro corazón que sabe que fuimos puestos en la tierra para encontrar nuestro propósito. Tu sueño podría ser una nueva carrera o un trabajo diferente, un deseo para formar una familia, cantar, bailar, tocar la trompeta o el piano  (un instrumento musical) , pintar con acuarelas, la jardinería, construir casas para personas sin hogar, ir a vivir a las montañas o al mar.

Tu sueño es tan individual como tú. Y, honestamente, da igual cuál sea tu sueño no importa tanto como lo que tu sueño te está pidiendo que hagas.

Verás, esto es lo hermoso de los sueños: te piden que escuches la voz interior. Saben lo que necesitas y quieres. Te piden que te pongas en contacto con tu niñ@ interior y, que dejes ir el miedo, la duda, y que te rindas, confíes y sepas que eres dign@ de tus sueños. Afortunadamente, podemos usar el poder de las afirmaciones para eliminar las creencias que nos limitan y  que nos impiden realizar nuestros sueños. Yo te mostraré cómo.

En otras palabras, tus sueños no son solo un camino hacia la felicidad y la abundancia; ellos son una llamada para conectar con tu Divinidad, para acceder a esa parte de ti que está viva, despierta y consciente. ¡Y esto, es lo que debes hacer en primer lugar:  ¡descubrir quién eres!

Comencemos este maravilloso viaje para seguir nuestros sueños dondequiera que nos lleven.

Vamos a hacer este ejercicio juntos: 

Cada vez que te asalte un pensamiento que te limite, lo vamos a sustituir por lo contrario, vamos a reformular ese pensamiento de manera que lo cambiemos al positivo. Es muy sencillo y hasta divertido, solo debes ser consciente de ellos. 

Y reflexiona sobre: 

¿Como te sientes realmente cuando superactúas? ¿Y cuando reaccionas? ¿Que porcentaje de tiempo estás superactuando? ¿Deseas aumentar ese porcentaje? Espero que si. No te guies por lo que el exterior opine de ti y lo que has de conseguir, sé tu mismo en cualquier parte. 

HISTORIAS CON ALMA

UNA GRAN VERDAD

Dice una leyenda árabe que dos amigos que viajaban por el desierto discutieron en un determinado punto del viaje, y que uno le dio una bofetada al otro. El golpeado, escribió en la arena: “Hoy, mi mejor amigo me pegó una bofetada”. Luego llegaron a un oasis donde resolvieron bañarse. El que había sido golpeado comenzó a ahogarse, pero fue salvado por su amigo. Al recuperarse, tomó un estilete y escribió en una piedra: “Hoy, mi mejor amigo me salvó la vida”. Intrigado, el otro preguntó: “¿Por qué después de que te lastimé escribiste en la arena y ahora escribes en una piedra?” Sonriendo, el amigo respondió: "Cuando un gran amigo nos ofende, deberemos escribir en la arena, donde el viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo y apagarlo; cuando nos pase algo grandioso, tenemos que grabarlo en la piedra de la memoria del corazón, donde nadie pueda borrarlo".

¿Con que amigo te identificas?

DECISIONES

Recuerdo que un invierno mi padre necesitaba leña; así que buscó un árbol muerto y lo cortó. Pero luego, en primavera, vio, desolado, que al tronco marchito de ese árbol le salieron brotes nuevos. Mi padre dijo: "Estaba seguro de que ese árbol estaba muerto. Había perdido todas las hojas en el invierno. Hacía tanto frío, que las ramas se quebraban y caían como si no le quedara al viejo tronco ni una pizca de vida. Sin embargo, ahora advierto que aún había vida en ese tronco". Y volviéndose hacia mí, me aconsejó: "Nunca olvides esta importante lección. Jamás cortes un árbol en invierno. Jamás tomes una decisión negativa en tiempo adverso. Nunca tomes las más importantes decisiones cuando estés en tu peor estado de ánimo. ¡Espera! Sé paciente. La tormenta pasará. Y recuerda que la primavera volverá".

Seguir cuando creas que no puedes más, es lo que te hará diferente a los demás.

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